Inicio del curso para niños, mayores y profesores en plena pandemia

La vuelta al cole ya está aquí. Y este curso escolar no será una vuelta a las aulas ordinaria ni sencilla.

¿Qué nos puede pasar a los mayores en el inicio del curso?

  • Que extrememos las distancias y restrinjamos el contacto personal, colocándonos en un estado de hipervigilancia.
  • Sentirnos inquietos y preocupados por nuestra protección o la de los demás.
  • Que tengamos que revisar todos los procesos y automatismos y reaprender otros hábitos, lo que requerirá mayor atención, autocontrol y esfuerzo.
  • Es posible que podamos notar más tensión emocional al volver al trabajo.
  • Los primeros días y/o semanas, podemos estar irritables, tener dificultad para descansar, sufrir desorden en la alimentación o cansancio.
  • Durante estas semanas, todos hemos sufrido pérdidas; por eso, la tristeza o el abatimiento pueden aparecer.

¿Y qué podemos hacer?

  • Conocer bien los procedimientos de trabajo y resolver todas las dudas. Seguro que hay cambios. Esto aumentará nuestra seguridad y confianza.
  • Tomarnos tiempo para decidir, planificar acciones y dosificar esfuerzos sin exigirnos demasiado al principio, facilitará la necesaria adaptación.
  • Concentrarnos en lo que sí podemos hacer. Mantener una actitud proactiva para afrontar la nueva situación y los cambios que comportan: ¿qué puedo hacer yo?, ¿cómo puedo ayudar a los demás?
  • Estar informados evitando la sobreinformación. La exposición continua mantiene activado el sistema de alerta y genera inseguridad.
  • Confiar en nosotros. Seguimos haciendo bien nuestro trabajo y nuestras competencias son las mismas. Lo que es nuevo son las condiciones derivadas de esta situación a la que debemos adaptarnos.
  • Mostrar empatía, escuchar y compartir ayudará a apoyarnos los unos en los otros. Hay que recordar el poder de la sonrisa y del sentido del humor.
  • Mantener visión de equipo. Somos interdependientes y nos necesitamos para que todo funcione. Podemos apoyarnos mutuamente aportando cada uno nuestras capacidades. Estando vigilantes para que todos cumplamos las normas también nos cuidamos como equipo.
  • Observar lo que sentimos para tomar conciencia de lo que necesitamos. Compartir emociones para obtener apoyo.
  • Cuidarnos. Estar ocupados, hacer ejercicio, desconectar la mente, realizar otras actividades, alimentarnos bien y descansar. Busca un momento del día para ti, para expresar tus emociones y relajarte.
  • Reconocer las señales de activación excesiva como la hiperactividad, la falta de sueño o la irritabilidad. Si las reacciones persisten o empeoran contacta con profesionales.

Y a los niños, ¿qué les puede pasar en el inicio del curso?

Al igual que los adultos, los niños y adolescentes pueden sentir en el inicio del curso sensaciones de inseguridad, vulnerabilidad, inquietud, preocupación, miedo, etc.

Por eso es importante que vuelvan al colegio: los alumnos necesitan socializarse para desarrollar sus habilidades físicas, cognitivas y sociales. El contacto con otros niños y con los profesores es imprescindible para que progresen en sus capacidades psicomotrices, de comunicación oral y escrita, resolución de problemas, agilidad, autoconfianza, empatía, curiosidad e imaginación, entre otras.

También es importante que los niños y adolescentes aprendan a convivir con la pandemia y a relacionarse con los nuevos parámetros de prudencia que requiere la actual situación.

Es importante reforzar la idea de que volver a clase es positivo y tiene múltiples ventajas tanto para lidiar con sus propios miedos, incertidumbres y angustias como para facilitar la gestión de todas estas emociones y la recuperación de los hábitos escolares.

Unas pautas para el inicio del curso

  • 0-6 años: Transmitir seguridad. Frente a los niños pequeños hay que adoptar una postura segura y transmitir tranquilidad, aunque los adultos no se sientan seguros. Si los niños ven miedo en los padres o en adultos de referencia, esto puede impactarlos a largo plazo. Recordar que la angustia también se transmite por el tono de voz, el estado de ánimo, etc.
  • 6-12 años: Tranquilizar sin negar la realidad. En esta edad, la gestión de los miedos depende de lo que perciben en casa y de cómo procesan las informaciones que escuchan de otros niños y de lo que ven en internet o en la televisión. Se trata de dar a los chavales seguridad, de preguntarles qué necesitarían para no tener miedo de ir al colegio.
  • Preadolescentes y adolescentes: Transmitir información. Por lo que respecta a preadolescentes y adolescentes, en sus miedos impacta más lo que les digan los amigos que lo que les diga su padre o su madre o su profesor. Hay que ser transparentes con ellos, explicarles qué es lo que nos genera sensación de inseguridad o por qué estamos preocupados; qué medidas de prevención han de seguir y cumplir (aunque otras familias tengan otros criterios); qué pasará si se contagian o qué protocolos ha establecido la escuela. Hay que involucrarles en la idea de que no sabemos qué va a ocurrir, que hay que convivir con esa incertidumbre, pero que mientras dure, hemos de ser bastante prudentes.

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